"¡Dios no Existe!"
Cuando los cristianos oímos eso, la mayoría empezamos a sudar. ¡Como si todo el peso de demostrar la verdad del cristianismo descansara sobre nuestros enclenques hombros! Pero también empezamos a sudar porque sentimos que nuestro ego está en juego. Ser cristiano, nos dicen los escépticos, es ser un débil mental, por no decir estúpido.
Tomemos colectivamente un largo respiro para calmarnos y consideremos el desafío de un escéptico desde la perspectiva apropiada: que simplemente estamos ante una oportunidad señalada por Dios para demostrar a esa persona la gracia y el amor de Cristo.
Lo que debería transmitirse fuerte y claro es nuestro amor por las personas y por Dios. Como señaló sabiamente un cristiano: "Una palabra a su tiempo puede hacer fructificar lo que sólo Dios puede nutrir y alimentar".
En esta publicación, vamos a hablar de por qué nuestra actitud es fundamental cuando interactuamos con los críticos. En la publicación de la próxima semana, la Parte 2, identificaremos algunas de las preguntas que suelen hacer los escépticos, y cómo puedes ponerte al día para conocer las respuestas.
Saber el Qué y Por Qué lo Crees
Es importante reconocer qué categoría de escéptico nos desafía. Sólo hay dos: los escépticos que buscan honestamente saber en qué creemos y por qué, y los escépticos que simplemente buscan desbaratar la fe de un cristiano.
Lamentablemente, muchos cristianos se dejan persuadir fácilmente para que abandonen sus creencias cristianas porque no tienen una fe muy arraigada. Recuerdo a un amigo que me dijo que había decidido que el cristianismo era falso tras leer la novela, El Código Da Vinci. Me sorprendió que permitiera que unasola obra de FICCIÓN, una novela que contenía muy pocos hechos correctos sobre el cristianismo, le apartara de Dios. Lo que la novela debería haber hecho es retarle a investigar los HECHOS históricos que apoyan el cristianismo.
Pero muchos cristianos no leen la Biblia, y mucho menos dedican tiempo a examinar la base histórica de su fe. Su relación con Cristo no se ha asentado en un conocimiento sólido de quién es Él, — y de quién son ellos por Su sacrificio en la cruz.
Las investigaciones demuestran que muchos niños que crecen en hogares "cristianos" pierden fácilmente sus creencias después de que un profesor universitario se burle de ellos y los desafíe. La bloguera cristiana Natasha Crain cuenta cómo se tambaleó su propia fe tras enfrentarse a escépticos en la universidad.
"Después de 18 años de ir a la iglesia", escribe ella en su blog [Pensamientos de Madres Cristianas], Christian Mom Thoughts, "me fui de casa con aproximadamente la siguiente comprensión de la Biblia: Jesús es el hijo de Dios y murió por mis pecados, necesito creer en Él para salvarme y pasar la eternidad en el cielo, Dios creó el mundo, Moisés partió el Mar Rojo, Daniel fue salvado de la guarida de un león, y en algún momento Jonás fue tragado por una ballena".
Natasha creía que su fe era sólida, pero pronto se dio cuenta de que, aunque conocía bien las historias en la Biblia, no sabía nada acerca de la Biblia en sí. Y aún menos sobre la historia de la Iglesia. Así que no podía hablar con conocimiento de causa de ninguna de las dos cosas cuando la apremiaban.
Necesitaba respuestas sólidas y creíbles para preguntas como "¿Quién escribió los libros de la Biblia?". ... "¿Por qué creer lo que los escritores del Nuevo Testamento dijeron sobre Jesús?"... y "¿Se ha traducido la Biblia de forma fiable y, por tanto, creíble?". Preguntas críticas, según ella admite, que antes "ni siquiera se me pasaban por la cabeza".
¿Qué Dices, Escéptico?
Un escéptico me dijo que le resulta " placentero" ver cómo se desmoronan las creencias de un cristiano. En parte, porque justifica sus creencias y afianza su posición.
Pero también porque simplemente disfruta con el juego de la manipulación mental. No todos los "hechos" que les dicen a los cristianos son ciertos, pero los lanzan como si fueran verdades, esperando a ver si hacen vacilar al cristiano. ¿Cuántos escépticos te han dicho algo que tú tomaste al pie de la letra?
"Mi trabajo -me dijo otro ateo- es demostrarte que tu Dios no es más que una muleta. No existe y eres estúpido por creer en Él".
Más tarde me enteré de que este tipo despreciaba a Dios debido a la iglesia legalista a la que se vio obligado a asistir durante su infancia. Su queja no era realmente contra Dios, sino contra los cristianos que no se parecían a Jesús. Ah, y más tarde se hizo cristiano tras encontrarse personalmente con Jesús a través de un amigo que sí amaba como Él.
>>> No des por sentado que tu charla con los escépticos no surte efecto. Si permites humildemente que Dios hable a través de ti, SU PODER se manifestará. Evangelizar no consiste tanto en decir lo correcto como en ofrecer la oportunidad de que la presencia de Dios toque el corazón de un escéptico. Eso no ocurrirá si les gritas condenaciones desde un megáfono.
Escucha Más de lo Que Hablas
¿Qué es lo que suele hacer que las conversaciones entre cristianos y escépticos vayan mal?
Bueno, más allá de nuestra posible actitud defensiva, es que parloteamos antes de saber qué -y por qué- cree el escéptico como cree. Más bien, deberíamos mostrarnos dispuestos a escuchar, sugiere Donald Johnson, autor de How to Talk to a Skeptic: An Easy-to-Follow Guide for Natural Conversations and Effective Apologetics [Cómo hablar con un Escéptico: Una Guía Fácil de Seguir para Conversaciones Naturales y una Apologética Eficaz]..
"En demasiadas conversaciones religiosas", dice Johnson, "se trata de personas que se ignoran mutuamente porque no se han tomado la molestia de averiguar lo que la otra persona cree realmente. El resultado es que cada parte intenta derribar una versión de straw-man* de la otra posición. *Consistente en distorsionar una postura contraria hasta convertirla en una versión extrema de sí misma y luego argumentar contra esa versión extrema. El escéptico argumenta contra una versión del cristianismo que el creyente no sostiene, y el cristiano ataca una visión atea del mundo que el no creyente no sostiene. Luego se preguntan por qué la conversación nunca llega a ninguna parte".
¿Cuáles son algunas de las buenas preguntas de sondeo que Johnson sugiere que hagamos?
>>> "¿Tienes una formación cristiana o de alguna otra iglesia o religión?"
>>> "¿Has sido siempre un escéptico? Si no es así, ¿cómo has llegado a tu postura?"
>>> "Entiendo que pienses que el cristianismo ofrece respuestas falsas a las grandes preguntas de la vida, pero ¿cuáles crees que son verdaderas respuestas?"
>>> "¿Podrías compartir lo que crees que es el mensaje cristiano?"
>>> "¿Cuál es la historia de la Biblia, tal como tú la entiendes?"
Hacer preguntas también nos da la oportunidad de descubrir si el escéptico sostiene una teología cristiana incorrecta. Aquí podemos con delicadeza señalar en qué se equivocan. Obviamente, nosotros tenemos que saber la enseñanza cristiana correcta para poder ser de ayuda en este punto.
Pero no seas ese cristiano "sabelotodo" al que todos evitan cuando te ven llegar. No hace falta que metamos a Dios en todas las conversaciones, sobre todo si estamos haciendo un gran trabajo reflejando a Jesús en nuestra vida cotidiana.
Los no creyentes, nos recuerda Johnson, no estarán abiertos a escuchar la Buena Nueva, si no la ven en acción en nuestras vidas. Quizá la prueba que realmente buscan no sean los hechos, sino el poder real de ver una vida transformada.
Cuando hablamos con alguien de Jesús, no pensemos en "ganar", sino en ser utilizados por Él para abrir corazones y mentes a Su amor y reconciliación. Todos necesitamos a Jesús.
¡No te pierdas la Parte 2 de esta discusión en nuestra publicación de blogs la siguiente semana!
Esta publicación del blog destaca el clásico apologético de Josh y Sean McDowell, recientemente revisado, Evidencia que Demanda un Veredicto. Estamos seguros de que este recurso totalmente actualizado y ampliado será una herramienta eficaz de evangelización para ti, y fortalecerá tu fe respondiendo a las preguntas más difíciles que te lancen los escépticos. Sabe lo que sabes, porque es verdad. ¡Pero comparte esta verdad con AMOR!
Si quieres empezar por la primera entrada del blog de esta serie, haz clic aquí Apologética: ¿Disculparnos por Creer en Dios?
