Durante 60 años, Josh McDowell ha estado guiando a los interesados hacia un conocimiento más profundo de la verdad y el poder de Dios. Te ofrecemos nuestro conocimiento acumulado e investigaciones para ayudarte a encontrar la verdad y el estímulo para vivir una vida sana e íntegra en Cristo.
Dios no usa la vergüenza
Satanás planta semillas en nuestra mente y corazón, las riega y observa si echan raíces de vergüenza. Si lo hacen, es porque cometemos este simple error: elegimos escucharlo, en lugar de mantener nuestros oídos atentos a las promesas de Dios.
Jesús nos dice repetidamente que reprendamos las mentiras del diablo, porque Él sabe que la vergüenza detendrá TODO lo bueno en nuestra vida: detendrá nuestra aceptación del perdón de Dios, detendrá nuestro perdón a nosotros mismos y evitará que caminemos en libertad.
¡Escuchen! ¡Jesús NO le dijo a la gente lo perdidos que estaban!
Más bien, les dio ánimo para mostrarles la perspectiva de Dios. ¿Qué le dijo Jesús al despreciado recaudador de impuestos que lo miraba desde el sicómoro? “¡Amigo, baja! ¡Quiero cenar contigo en tu casa! ” ¿Qué les dijo a los marginados sociales?... la mujer sorprendida en adulterio la mujer que publicamente limpió la suciedad de sus pies con sus lágrimas? ¡Ni una SOLA palabra de juicio o vergüenza!
Dios “conoce” nuestra pena. Odia el dolor que experimentamos a causa de ella. Quiere tomar nuestros problemas para que vivamos libres de las esposas de la vergüenza. Solo tenemos que ELEGIR dar ese primer paso.
¡Libérate de la Vergüenza!
Amigo, CONFÍA en la bondad y el amor de Dios lo suficiente como para entregarle tus penas.
Nota que esa es la bondad de DIOS; no tu bondad. Tu “bondad” no te llevará muy lejos. Pero ese es el punto: podemos dejar de tratar de ser limpios, “buenos” e impecables antes de acercarnos humildemente a nuestro Padre Celestial. Dios sabe que nunca seremos perfectos, y está de acuerdo con eso.
¿Adivina qué? Dios promete no solo PERDONAR AMOROSAMENTE la pena que le entregamos, sino también OLVIDAR instantáneamente que alguna vez estuvo allí. ¡Guau!
Es como poner nuestra basura en los contenedores junto a la acera y ver a los recolectores de basura llevársela. No corremos detrás de esa basura en bolsas, ¿verdad? ¡No! Estamos FELICES de que los recolectores saquen las bolsas apestosas de nuestro espacio. Imagínate aferrarte a tu basura y tratar de vivir en medio de los olores y los roedores que atraería.
¡De la misma manera, apresuremos a descargar nuestra vergüenza! Podrías SENTIR que nuestra vergüenza es más grande que la gracia de Dios, pero eso se debe a que intentamos medir el amor infinito de Dios con el espectro ESTRECHO del amor humano. ¡Pero eso es como comparar el tamaño del cuerpo de una hormiga con uno mucho más grande!
Piensa en eso: un amor tan profundo, amplio y vasto que no podemos entederlo racionalmente. Especialmente la parte de Él ofreciéndonoslo LIBREMENTE SIN condiciones. Dios no exige denigrarse. O trabajos. O sobornos. Solo nuestra confesión y confianza.
Los brazos de Dios YA están abiertos de par en par para abrazarte y consolarte, al igual que el padre en la historia bíblica del hijo pródigo. La vergüenza NO es quien eres. ¡Así que no dejes que la vergüenza te impida correr hacia sus brazos amorosos!
RECLAMA la libertad que te PROMETIERON porque Cristo murió voluntariamente POR TI en la cruz para perdonar todos tus pecados.
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¿Tiene heridas en el corazón que se siguen abiertas? Ve nuestro Resolución (contenido en inglés) Movement. .(Página en inglés con Ben Bennett) ¡La curación es posible!
