Amar como Jesús. Es tan difícil de hacer… ¿o no?

¿Has entrado en la iglesia y, mientras caminabas por el pasillo, saludaste calurosamente a algunos mientras ignoraste por completo a otros? Yo he hecho esto. Muchas veces. Por muchas razones.

Pero, ¿qué nos dicen las Escrituras acerca de cómo debemos interactuar con los demás? Bueno, 1 Juan 4:20 dice: “… el que no ama a su hermano a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto”. Y Jesús nos dijo: “… ama a tu prójimo como a ti mismo“.."

Entonces, ¿quiénes son mi “hermano” y mi “prójimo”? ¿Y qué quiere decir Jesús con “amor”?

Hacia la Plenitud blog #heridascuradasporcompleto

¿Podemos amar realmente como Jesús?

Por “hermano” y “prójimo” Jesús Jesús no se refiere solo a nuestra familia o las personas que viven en nuestro mismo vecindario. Literalmente significa todos – nuestros familiares, vecinos, desconocidos, incluso a los enemigos. Lo que significa que tenemos mucho trabajo por delante.

Todavía estoy luchando por amar a mis hermanos y hermanas en Cristo. ¿Pero se supone que debo amar a todos? ¿Por qué Jesús daría una tarea tan difícil? Porque sabe que somos capaces de hacerlo, con Su ayuda.

¿Es mi simpatía casual “amor”? ¿O es solo un sentimiento cálido y confortable porque conozco y me agradan estas personas? ¿Cómo puedo asegurarme de ofrecer amor verdadero, —Su amor, —a todas las personas?

De una manera muy práctica, la Madre Teresa (contenido en inglés) (contenido en inglés) brindó un gran ejemplo de cómo amar como Jesús.

En su trabajo con los pobres, la ganadora del Premio Nobel de la Paz siguió el llamado de Cristo de alimentar a los hambrientos y vestir a los desnudos, visitar a los presos, cuidar a los desamparados y enfermos. Al hacerlo, les proveyó sus necesidades más profundas de amor y dignidad:

>> Los hambrientos “tienen hambre no solo de pan, sino de amor. Por la tierna preocupación de alguien a quien les importe."
>> Viste al desnudo “y no solo con un trozo de tela, sino con esa hermosa dignidad de un hijo de Dios. Dignidad para alguien que ha sido creado para ser amado y amar."
>> Atiende a los desamparados que están enfermos “no solo en lo físico, pero enfermos del corazón".
>> Los presos están atrapados “no solo con la falta de su libertad, sino que tienen una vida limitada. Confinados por el miedo, por la mente, por la imaginación."

¿Te puedes imaginar a Jesús pasando junto a ti o junto a mi y que solo incline la cabeza o nos dé un saludo casual? ¡De ninguna manera! Jesús nos miraría directamente a nuestra alma y traspasará nuestro corazón con Su amor. No tendríamos ninguna duda de que Él realmente nos vio, y que a Sus ojos, tenemos un valor inconmensurable.

Jesús fue movido continuamente por la compasión … deberíamos ver lo que Jesús ve, para que podamos hacer lo que Jesús hace. ~ ~ Christine Caine, (contenido en inglés) activista mundial ¡


¡Dios cree que podemos!

Entonces, ¿cómo podemos tú y yo compartir intencionalmente Su asombroso amor con los demás?

Podemos empezar por estar atentos. Realmente podemos ver a las personas que Él coloca a nuestro alrededor y verlas. Como la Madre Teresa, podemos tomarnos el tiempo para notar sus necesidades, para luego compartir tangiblemente Su amor a través de nuestras acciones. Esto podría ser solo compartir una sonrisa alentadora o un cumplido. O ofrecerle a alguien nuestro asiento. O incluso más de nuestra inversión; quizás comprando una bolsa de víveres o regalando nuestro abrigo favorito.

Mira a tu alrededor. ¿Alguien esta desesperado de conexión con los demás? ¿Alguien está luchando contra el miedo(contenido en inglés), la incertidumbre o la duda? Si es así, ¿puedes ser su refugio seguro? A menudo ocultamos nuestras pruebas más íntimas a los demás, pero al hacerlo, nos perdemos el gozo de servir a aquellos que Dios pone en nuestro camino diario.

Rompe los límites emocionales que te separan de los demás. Si eres tímido, puedes apostar que hay personas tímidas a tu alrededor que esperan que las saludes primero. Si estás preocupado por tus propios problemas, deja de pensar en ti mismo e invita a Dios a que te use para derramar Su amor en los demás.

No es fácil hacer el esfuerzo, lo sé. Últimamente he estado tratando de ser súper amigable en el supermercado. Sonrío y si puedo llamar su atención, saludo a todo el que pasa. La mayoría de la gente me ignora. Otros me miran de forma extraña. Lo entiendo. Pero, ¿no es esta la buena clase de rareza que Dios quiere en Sus seguidores? 

¡Ve y ama como Jesús! Simplemente no seas demasiado raro al respecto… o tampoco demasiado tímido. Estarás muy orgulloso de ti mismo. Como nos recuerda Christine Caine, “Hacer el bien es un trabajo muy duro. Pero podemos hacer cosas difíciles. Hemos nacido para un tiempo como este.”


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Escrito por el bloguero invitado Dan Muenchau, , un ingeniero jubilado que ahora trabaja para ayudar a llevar el amor de Dios a los demás.

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