¡Es un año nuevo! ¿Estás feliz? ¿Tiene tu vida sentido y propósito?
¡Bienvenidos a nuestra nueva Más que un Carpintero serie de blogs, en la que nos enfocamos en Jesús! Comencemos con esta cita de Santo Tomás de Aquino, el famoso filósofo y teólogo: “Hay dentro de cada alma una sed por la felicidad y significado”. Algunas personas sienten esta “sed” temprana. Otros solo se dan cuenta de ello en los momentos en que la vida se ralentiza y lo ignoran. Algunas personas lo notan como una vaga molestia. Otros lo sienten de forma aguda, como un dolor físico.
Josh comenzó a notar su sed en su adolescencia. “Quería ser feliz”, comparte Josh. “Quería que mi vida tuviera sentido (Video de YouTube en inglés). Me acosaron las tres preguntas básicas que acechan a toda vida humana: ¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? ¿A dónde voy?“
Josh sintió un vacío, pero también una rabia latente por el abuso físico y emocional que sufrió en casa. Era tan solo un niño, tampoco sabía cómo manejar esa situación. Pero cuando escapó a la universidad, Josh decidió buscar respuestas, tomar la gran vida que el mundo le debía por todo lo que había pasado. ¿Pero por dónde comenzar?
Buscando felicidad y significado “inteligente”
Habiendo crecido en una comunidad agrícola religiosa, Josh primero buscó respuestas en la iglesia. Eligió uno cerca de la escuela, apareciendo cada vez que las puertas estaban abiertas. Pero Josh descubrió que se sentía peor, no mejor, cuando estaba allí. ¿Por qué? El intelectualismo era primordial para Josh; entonces que le dijeran que "tenga fe" cuando hizo preguntas no iba a funcionar con él. ¿Cómo, se preguntó, podía la gente ser tan tonta como para creer ciegamente?
“Pensé que los cristianos eran bobos andantes”, admite Josh. “Me dijeron qué creían, pero no pudieron darme ninguna razón inteligente o de sentido común de por qué lo creían”.
Rechazando el cristianismo, se dirigió a sus profesores en busca de respuestas. Dice que rápidamente se convirtió en el alumno más fastidioso al molestarlos con sus preguntas. Josh descubrió que su frustración aumentó cuando se dio cuenta de que sus profesores parecían tan despistados como él acerca de cómo ser constantemente feliz o encontrar un significado.
Al ver a un estudiante con una camiseta que decía: “No me sigas, estoy perdido”, Josh decidió que el sentimiento resumía la sabiduría que su universidad podía ofrecer.
Josh luego trató de llenar el vacío convirtiéndose en un líder estudiantil en el campus. Sus esfuerzos le dieron prestigio y poder, pero ni siquiera estos lograron satisfacerlo. A estas alturas Josh Josh se sentía miserable, pero lo ocultaba tan bien que sus amigos pensaban que era el chico más feliz del campus. No se dieron cuenta de que el estado mental de Josh dependía por completo de sus circunstancias.
“Era como un barco en el océano sacudido de un lado a otro por las olas”, dice. “No tenía timón, ni dirección ni control”. Josh admite que solo superó la rutina de cada semana al salir de fiesta los viernes, sábados y domingos por la noche.
¿Había alguien verdaderamente feliz, se preguntaba? ¿O, como él, todos estaban fingiendo, pasando por la vida con la muleta de sus propios hábitos poco saludables?
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Josh se dio cuenta de que un grupo de ocho estudiantes se veían “asquerosamente” felices, y siempre actuaban así. Eran amables el uno con el otro, así como con los que estaban fuera de su grupo.. ¿Qué píldora "feliz" estaban tomando? ¡Josh iba a averiguarlo!
Unas semanas más tarde, Josh tuvo la oportunidad de preguntarles su secreto. La respuesta que le dieron NO era la que esperaba.
¡Únete a nosotros para la publicación del blog de la próxima semana para escuchar cómo esta conversación puso a Josh inesperadamente en el camino de perseguir al Dios en el que pensó que solo las personas tontas podían creer!
Jesús: ¡Él es Más que un Carpintero!
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