Imagen Personal: Cinco Pasos para Superar la Vergüenza

Como mencioné en mi publicación anterior nos vemos, nuestra vergüenza y nuestra imagen personal juegan un factor importante en los pensamientos y acciones poco saludables con los que luchamos a diario. Muchos de nosotros no nos vemos todavía a nosotros mismos como Dios nos ve, porque estamos atrapados en vernos como el mundo, los amigos, e incluso los que nos odian nos ven. Luchamos por amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos porque no nos amamos a nosotros mismos (Mateo 22:39). Luchamos para aceptar el amor de Dios por nosotros porque vemos la vida a través del filtro de nuestra vergüenza.

La vergüenza ha estado en la raíz de la lucha de la humanidad desde el primer día, cuando el pecado entró en el Jardín del Edén. Pero Jesús puede romper las cadenas de la vergüenza. 

Fue necesaria una elección diaria proactiva, y orar por la sanidad de Dios para superar mi mentalidad de vergüenza de "pecador inútil". Jesús trajo sanidad y libertad a través de los cinco pasos que enumero a continuación. Te animo a que los tomes también.

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1. Comprende lo que Dios dice de Ti

Comencé a estudiar y entender lo que Dios dice acerca de mí a través de las Escrituras.

Aprendí que tengo un valor y una dignidad inherentes (Génesis 1:27), que soy amado por lo que soy (Efesios 2:4), que tengo un talento especial (1 Pedro 4:10) y que estoy aquí por un propósito (Efesios 2:10). Que Cristo venció no sólo el pecado, sino los efectos del pecado en la cruz, incluida la vergüenza. Jesús me dio una nueva identidad como hijo de Dios cuando comencé una relación personal con Él (1 Juan 3: 1) y recibí Su perdón por mis errores. Estos entendimientos desarrollaron la mentalidad que necesitaba para que esta verdad comenzara a hundirse profundamente en mi corazón.

2. Rodéate de personas que afirman la verdad de quien Dios dice que eres.

Empecé a rodearme de personas que afirmaron mi verdadero valor, que me amaron por lo que era y que me aceptaron y alentaron.

Estas experiencias afirmativas ayudaron a que la verdad de mi valor en los ojos de Dios se grabara en mi cabeza y mi corazón.

3. Deja de escuchar ciertas voces.

Dejé de escuchar las voces de aquellos que perpetuaron la mentalidad de “pecador sin valor” en mi vida, incluidos algunos maestros de la Biblia, autores, blogueros y amigos.

Si escuchas atentamente, comenzarás a notar cuántos cristianos enseñan que “los humanos son malvados y malos”, en lugar de la verdad bíblica en la cual “los humanos están quebrantados”. Cuando comiences a prestar mucha atención, comenzarás a darte cuenta. cuántos se obsesionan con el pecado y el yo antiguo (Romanos 6:6), en lugar de poner énfasis en nuestro valor inherente como el pináculo de la creación de Dios (Génesis 1:26-27), Su amor por nosotros y nuestra nueva identidad como santos (Gálatas 2:20, Colosenses 1: 11-13, Efesios 2: 18-20).

4. Cortar la voz de vergüenza que habla basura

Tomé la consciente decisión de cortar la voz de vergüenza que habla basura en mi cabeza.

Durante años, me estaba encerrando en mí mismo, dejando que mis pensamientos y emociones corrieran sin control. Rutinariamente me decía cosas negativas como, “Es cierto, supongo que no valgo nada” o “No puedo hacer nada bien”, lo que sólo reforzó las mentiras profundamente arraigadas. Durante años, cuando me sentí realmente triste por mí mismo o por las situaciones en mi vida, simplemente me sentaba en ellas en lugar de confrontar las mentiras que conducían a la profunda tristeza. ¿Qué tan contraproducente fue eso? No estoy seguro de cuántas mentiras Satanás nos susurra, porque hacemos un buen trabajo alimentándolas a nosotros mismos.

5. Medita en la verdad

Comencé a meditar, por la mañana y por la noche, en versos específicos acerca de quién es Dios y quién soy como Su hijo redimido, amado y justo.

Cada vez que surgían las mentiras sobre mí, tomaba esos pensamientos cautivos y los hacía obedientes a la verdad de Cristo en ese escenario: quién soy en Cristo. Para que esto no fuera simplemente intelectual, sino que se grabara en mi corazón, visualicé experiencias pasadas con Dios, donde me había encontrado con Su presencia, amor y bondad.


Liberar nuestra vergüenza

Cada uno de los pasos anteriores me acercó más a Dios, porque comencé a verlo por lo que realmente es: mi Padre amoroso. Cuando mi perspectiva predeterminada comenzó a cambiar, fui liberado para compartir el amor que estaba experimentando con los demás. Cuando puse los ojos de Dios sobre mí, pude ver los ojos de Dios sobre otras personas.

Comencé a tener más compasión y empatía por los demás. Deseaba cada vez más compartir con la gente cuánto Dios los ama y desea tener una relación personal profunda con ellos. Comencé a experimentar la vida que estaba destinada a vivir, una de profunda amistad con Dios y con los demás, siendo plenamente conocido y plenamente amado, e invitando a otros a esta vida de verdadera realización.

Spasos implementarás en tu vida esta semana, cuando le pidas a Jesús que te haga crecer?

En la cruz, Jesús venció toda vergüenza. Y punto. Ahora, solo es cuestión de vivir en lo que es verdad. Comienza estos pasos mientras le pides a Jesús que traiga sanidad y libertad de la vergüenza. Serás liberado para experimentar una vida de máxima satisfacción, porque vivirás en tu verdadero valor. Encontrarás un amor más profundo con Dios y los demás.


Ben Bennett es autor y comunicador del Ministerio Josh McDowell, y director de nuestro Movimiento de Resolución! (contenido en inglés). Obten más información en www.Josh.org/Ben.

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