Desde la infancia, al parecer, luchamos por el control para conseguir lo que queremos, cuando lo queremos y de la manera que queremos. Este impulso independiente de estar al mando está detrás de toda lucha por el poder, de todo prejuicio, de todo conflicto y de todo abuso en las relaciones desde los albores del tiempo. Pero, ¿de dónde procede esta compulsión interior, — que empezó con Adán y Eva —?
Como Adán pecó, dice la Escritura, "el pecado entró en el mundo. El pecado de Adán trajo la muerte, y la muerte pasó a todos, pues todos pecaron" (Romanos 5:12). Esto significa que empezamos desde el nacimiento con una naturaleza egocéntrica y egoísta. Por tanto, no es el diablo, ni nadie más, quien nos hace pecar. Nuestra naturaleza pecaminosa existe a causa de nuestra relación malograda con un Dios santo. La gente suele decir que los actos terribles causados por los humanos son “comportamientos inhumanos y seres inhumanos". Sin embargo, la realidad es que son completamente humanos: — el resultado de la naturaleza depravada de las personas. La raza humana tiene una capacidad inimaginable para el mal. La Escritura dice: "Todos se han corrompido. Nadie hace el bien, ni uno solo". (Salmo 14:3). La causa del pecado está en el interior, no en fuerzas externas.
La buena noticia, sin embargo, es que Dios envió a su Hijo único para perdonarnos nuestros pecados y purificar nuestros corazones. Aunque sigamos pecando a causa de nuestra naturaleza pecaminosa, podemos acercarnos diariamente a Dios con confianza, porque Jesús ha pagado esos pecados con su muerte. Jesús dijo: "Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios" (Mateo 5:80). Dios conoce tus luchas con el pecado. No pide la perfección, sino un espíritu contrito que le busque sinceramente.
Pregunta: ¿Crees que tu naturaleza pecaminosa es la raíz del pecado, —o prefieres echarle la culpa al diablo?
Pregunta: Si tienes un corazón en pos de Dios, ¿te sorprende a veces lo rencoroso, cruel y egoísta que puedes llegar a ser? ¿Qué te dice eso sobre la naturaleza pecadora del hombre?
Content adapted from Josh and Sean McDowell’s book, Preguntas Profundas sobre Dios y la Biblia.
