Es lo que Dios dice acerca de ti lo que importa.
El mundo hace todo lo posible para definirnos y categorizarnos, a menudo desde un lugar de carencia: demasiado gordos, demasiado flacos, demasiado ruidosos, demasiado tontos, demasiado de izquierda, demasiado de derecha, demasiado religiosos, demasiado anticuados, bla, bla, bla. Pero cuando elegimos creer lo que Dios dice acerca de nosotros, pone las etiquetas del mundo en la perspectiva apropiada: incorrecto.
La Biblia nos da la base para creer que Dios existe, nos ha creado a propósito y nos invita a una relación con Él para que descubramos por qué nos dio a luz. #propósito
Quién dice Dios que eres:
-
TÚ posees Su fuerza
Filipenses 4:13 – Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
-
Él te ve con gracia
1 Corintios 1:4 – Siempre doy gracias a mi Dios por vosotros por la gracia que os ha dado en Cristo Jesús. -
TÚ eres obra de Dios
Efesios 2:10 – “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.”
-
Dios te persigue
Salmos 23:6 – Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa del Señor moraré para siempre.
-
Eres amado
1 Juan 4:10 – En esto consiste el amor, no en que amemos a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
-
Estás perdonado
1 Juan 1:9 – Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
-
Cristo te llama amigo
Juan 15:15 – Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe los negocios de su señor. En cambio, os he llamado amigos, porque todo lo que aprendí de mi Padre os lo he dado a conocer.
El “agujero de Dios” que nos atrae
Entonces, aquí está la cosa: todos buscamos el amor y la validación del mundo. Pero la verdad es que Dios nos diseñó con un agujero en nuestro corazón para atraernos a buscarlo. Nuestros cónyuges no pueden llenar completamente el vacío con el que nacemos. Nuestros padres no pueden llenarlo. Ni siquiera nuestros mejores amigos pueden ser lo que necesitamos y queremos que sean el 100 por ciento del tiempo. Pero Dios puede. Es el papel que Él diseñó para sí mismo.
Solo al aceptar el amor de Dios podemos lidiar con sentirnos no amados y no deseados por los demás. Aún mejor: cuando aceptamos Su amor, ¡podemos amar auténticamente a los demás! Nuestro valor no está determinado por el mundo, sino por Él. Dios dice que somos dignos de Su amor y de amarnos a nosotros mismos. Fin de la historia. Siempre y para siempre. ¡Jesús vino a probarlo!
Próximos pasos
> ¿Quieres tener una relación con Jesús? Empieza aquí.
> Te invitamos a leer el libro de Josh, Mírate como Dios te Mira (See Yourself as God Sees You).
