Era un martes por la mañana y recibí una llamada telefónica de un estudiante universitario que asiste habitualmente a mi iglesia. Al contestar el teléfono, me encuentro con una voz llena de urgencia. “¿Podemos reunirnos hoy? Realmente necesito hablar contigo”.
Después de aceptar reunirnos, me senté con este joven y supe qué esperar. Lo había visto mil veces: otro caso de adicción a la pornografía. Innumerables veces me había reunido con hombres en edad universitaria que se habían esclavizado a la pornografía y querían ayuda. Pensé que este caso no sería diferente, pero lo fue.
Este joven se sentó y dijo tres simples palabras que cambiaron su vida ese día. Tres palabras que pueden llevar a cualquier adicto al porno en el camino hacia la libertad. Tres palabras que me temo no se dicen lo suficiente: quiero rendir cuentas.
Ésta parece ser una de las razones por las que los cristianos no pueden liberarse del lazo de la pornografía. La Biblia enseña que los cristianos deben “confesarse unos a otros sus pecados” (Santiago 5:16). Es fácil de saber, pero doloroso de practicar.
El joven que me pidió rendición de cuentas continuó contándome por qué necesitaba rendición de cuentas. Había visto pornografía por primera vez y sabía que necesitaba la ayuda de un hermano en Cristo si quería caminar en pureza. Él entendió por qué necesitamos confesar nuestros pecados unos a otros, para “ser sanados” (Santiago 5:16).
La pregunta es ésta: ¿Cómo podemos usted y yo lograr la rendición de cuentas? Creo que se deben hacer tres cosas para lograr la rendición de cuentas y emprender el camino hacia la libertad de la pornografía
1. Encuentra a alguien en tu vida a quien respetes y que esté creciendo en Cristo.
Animo a mis alumnos a encontrar a alguien en su vida que sea un modelo de Cristo para ustedes y le pido que sea su mentor. ¿A quién conoces que camine en humildad, sea genuino y piadoso? Esta es la persona que necesitas para hacerte responsable.
2. Reúnete con la persona que te hace responsable y se intencional.
Una de las formas en que veo que muchas personas (especialmente estudiantes universitarios) no logran tener relaciones responsables es la falta de intencionalidad. Cuando se encuentran, terminan hablando sobre el partido de baloncesto de anoche, el clima o su programa de televisión favorito. Cuando te reúnas con la persona de la que quieres que te haga responsable, siéntate y habla con ella sobre tu lucha con la pornografía. Dígales en qué circunstancias se encontró cuando fallaste, cómo te sentías, qué pensabas, etc. Se intencional.
3. Entender que la libertad del pecado ocurre a través de la confesión.
No estábamos destinados a vivir la vida solos. Necesitamos recordar que Dios usa a las personas para moldear nuestras vidas para que nos parezcamos a Cristo y nos hagamos crecer en santidad. Vivir la vida con relaciones responsables nos ayuda a experimentar la gracia de Dios dispensada a aquellos que se humillan en la confesión (Santiago 4:6).
Amigo, nos necesitamos unos a otros. Encuentra a alguien en tu vida que viva piadosamente y se preocupe por ti, luego reúnete con esa persona y dile las tres palabras que muchos olvidan decir: Necesito responsabilidad.
La original publicación del blog (contenido en inglés) se puede encontrar en Covenant Eyes, un socio del Ministerio de Josh McDowell. Obten más información en SetFreeSummit.org.
