La Biblia es el manual de tu vida diaria, no una reliquia anticuada que mantenemos en una repisa.
Según LifeWay Research, ¡más de la mitad de los estadounidenses han leído muy poco o nada de la Biblia! Alrededor del 30% busca cosas en la Biblia sólo cuando tiene que hacerlo. Y menos de una cuarta parte tienen algún tipo de plan sistemático para leer la Biblia a diario. Algunos, alrededor del 17%, simplemente la abren para leer un pasaje al azar.
Vale, tengo que admitir que algunos días me encuentro entre esa última estadística. Peor aún, a veces me apresuro a leer un pasaje, solo para poder tachar "Leer la Biblia" de mi lista de tareas pendientes. Puede que momentáneamente me sienta bien, pero no me estoy engañando ni a mí misma ni a Dios. Cuando se trata de la Biblia, obtenemos de ésta lo que invertimos en ella.
¿Estoy sugiriendo que tenemos que pasar horas (o incluso media hora) leyendo la Biblia cada vez que la abrimos? No. Cinco minutos de tu tiempo, de calidad y concentración, pueden reportarte más beneficios que leer durante más tiempo distraídos. Es como orar, ¿no? A algunos nos cuesta mantener la concentración después de decir: " Oye, Dios, soy yo otra vez...". Afortunadamente, Dios mira el estado de nuestros corazones.
En resumidas cuentas: Cuando renunciamos a leer la Biblia, lo que en realidad le estamos diciendo a Dios es que estamos demasiado ocupados para dedicarnos a conocerle de verdad. Que nos parece bien tener una relación distante con Él. Que nos alegramos de que Él esté solo a una oración de distancia, pero que, por favor, no nos pida que leamos "ese libro aburrido e irrelevante".
Y JUSTO AHÍ NOS DAMOS DE BRUCES CON LA PROBLEMÁTICA: NUESTRA PERCEPCIÓN DE SU PALABRA.
Si vemos la Biblia como una reliquia con una aplicación limitada a la vida moderna, por supuesto que no la vamos a valorar ni vamos a querer leerla. Pero si vemos la Biblia tal y como Dios la concibió — Mostrándonos Su corazón, Su plan para la humanidad el regalo del sacrificio de Jesús que nos permite estar en armonía con Él,— le concederemos el respeto que se merece. Porque cuando valoramos la Palabra de Dios, nos esforzaremos por crecer en su conocimiento.
Consideremos cinco razones por las que los cristianos deben leer la Biblia. No porque nos haga ganar puntos, sino porque da fuerza y profundidad a nuestra relación con Dios.
La Biblia nos ayuda a:
1. Ver quién es Dios y cuánto nos ama
Es a través de la Biblia que aprendemos que Dios es nuestro creador amoroso y constante halagador. Dios nos dice en su Palabra que Dios nos dice en Su Palabra que Su amor por nosotros es profundo, vasto e inmutable. La verdad: Él desea tener una relación cercana con nosotros y nos ha diseñado específicamente con dones y talentos que lo glorifican. Cuando nos vemos correctamente a través de la lente de Dios —, somos tan amados, queridos y valiosos — podemos rechazar un mundo secular que dice lo contrario. La buena noticia: ¡solo la opinión de Dios importa!
2. Comprender por qué la muerte de Jesús es tan importante.
La Biblia, en última instancia, nos lleva a Jesús. Debemos leer la Biblia para aprender sobre Jesús, por qué debemos querer seguirle y cómo Su muerte nos da poder y nos gana un hogar celestial con Él para siempre. Podemos, con confianza, decir a la gente: "¡Jesús te ama!" por lo que dice la Biblia sobre Su vida y Su muerte. Su amor y sacrificio por todas la humanidad se comparte con nosotros a través de las Escrituras. Jesús nos señala la verdad, pero no obliga ni manipula a nadie para que acepte Su sincera invitación.
3. Conocer la verdad de Dios y así honrar y agradarle.
La Biblia nos muestra cómo medir el "éxito" — no es la fama y las riquezas, como nos dice el mundo — y ver claramente lo que importa. Cuando construimos nuestras vidas sólidamente sobre Jesús, el mundo no puede manipularnos con sus cambiantes puntos de vista sobre la "verdad". La Biblia sigue siendo aplicable a nuestras vidas modernas porque la naturaleza y las normas de Dios no cambian. Los Diez Mandamientos son tan relevantes ahora como hace más de dos mil años. Tratar a los demás con amabilidad sigue estando de moda para Dios, y siempre lo estará. ¿Su mayor mandamiento? Amar a Dios y amar a los demás.
4. ADQUIRIR UNA "MENTALIDAD DE DIOS", QUE GUIARÁ NUESTROS PENSAMIENTOS Y ACCIONES.
Aunque a satanás le encanta susurrarnos al oído que somos unos fracasados, unos inútiles y unos equivocados sin amor, eso no es lo que dice la Biblia. ¡Así que ignoremos a satanás y quedémonos con la fuente de la verdad! La Biblia nos muestra que Dios sabe que no seremos perfectos. ¡Menos mal que Él no exige la perfección! Pero sí nos pide que nos propongamos en nuestro corazón seguirle y honrarle a diario. La gracia de Dios, cuando pedimos perdón, está garantizada. La Biblia nos asegura que Dios nunca niega el perdón cuando se le pide. ¡Bendecida certeza! Dios es nuestro padre amoroso. Como un padre terrenal, busca lo mejor para nosotros. Sus normas y su verdad sirven de límites sanos para alejarnos del dolor del pecado.
Leer la Biblia es sumergirnos en historias que nos muestran cómo interactuaba Dios con Su pueblo. Consejo: Una forma interesante de leer el Antiguo Testamento es empezar con una Biblia ilustrada para niños. Las historias incluyen sabiduría de la que podemos aprender hoy. La historia de Sansón, por ejemplo, nos enseña los peligros de ser irascible y vanidoso. En la historia de David y Goliat aprendemos que es la fuerza de Dios, no la del hombre, la que debe hacernos temblar de miedo. Y después de que David tuviera una aventura con Betsabé, llegando incluso a asesinar al marido de ésta para cubrir su pecado, aprendemos la consistencia del perdón de Dios y el dulce alivio de reconciliarse con Él. En el Nuevo Testamento, vemos las acciones de Cristo modelando una vida desinteresada. Los Salmos pueden servirnos para poner en marcha nuestra vida de oración, y los Proverbios contienen ricas pepitas de oro sobre cómo ser mejor amigo, cónyuge, padre e incluso cómo responder a nuestros enemigos.
5. VIVIR CON VALENTÍA EN NUESTRO OSCURO Y SECULAR MUNDO.
Es duro ser una persona que busca a Dios cuando vivimos en un mundo secular. No me gusta especialmente que me llamen "tonto" que necesita "una muleta" para desenvolverse en la vida. Pero tengo que reírme cuando oigo esos calificativos dirigidos a los cristianos. Porque, comparado con Dios, soy un tonto. Y no se me ocurre mejor muleta que Jesús, porque apoyarme en Él garantiza mi fortaleza. Mi relación con Jesús me permite vivir con autenticidad y coherencia. Para empezar, no tengo que jugar a fingir que lo tengo todo controlado. Y cuando algo me preocupa, puedo entregarle ese miedo y saber que Él está trabajando en ello. La Biblia, una y otra vez, nos promete la paz de Dios cuando confiamos en Él. ¡Dios tiene el control!
La Biblia es una Inversión Digna de Nuestro Tiempo
Como Sean McDowell nos recuerda, "La Biblia ha dado forma a la civilización occidental más que ningún otro libro que jamás se haya escrito. Ningún otro libro se le asemeja". Así que, claramente, mucha gente ha encontrado que la Biblia merece la pena ser leída a lo largo de los siglos.
Pero encontrar tiempo para leerla en nuestro acelerado mundo moderno no siempre es fácil. Hay muchas cosas que reclaman nuestra atención, como la televisión y las redes sociales. ¿Cuántos de nosotros, por ejemplo, hemos abierto Facebook, "solo para ver si hay mensajes", y nos hemos encontrado, una o dos horas más tarde, todavía hojeando nuestro contenido? ¡Ah!
Entonces, ¿cómo podemos sacar tiempo para leer la Biblia? Una de las formas podría ser dedicar un tiempo diario a la lectura. Puedes intentar leer un Salmo o Proverbio mientras desayunas, por ejemplo. O si tu familia cena junta, prueba a añadirlo a la comida. Será un momento estupendo para comentar la lectura mientras estáis todos sentados a la mesa. Para ayudarte a guiar tus lecturas y debates bíblicos, considera la posibilidad de suscribirte a nuestros devocionales diarios por correo electrónico. Si leer juntos les resulta difícil al principio, prueba a añadir una actividad bíblica al tiempo en familia. ¿Quién se apunta a una partida de bingo bíblico o al juego de trivia?
La Biblia es el fundamento de nuestra fe. Por eso TODOS los cristianos deben leerla para aprender lo que dice. La Biblia es nuestro libro de instrucciones para la vida. Delinea las jugadas mientras movemos la pelota por el campo. Nuestra lectura de la Biblia da a Dios oportunidades para cambiarnos profundamente.
Ciertamente, la Palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división de alma y espíritu, y de articulaciones y médulas y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón (Hebreos 4 :12).
Esta publicación del blog destaca el clásico apologético de Josh y Sean McDowell, recientemente revisado, Evidencia que Demanda un Veredicto. Estamos seguros de que este recurso totalmente actualizado y ampliado será una herramienta eficaz de evangelización para ti, y fortalecerá tu fe respondiendo a las preguntas más difíciles que te lancen los escépticos. Sabe lo que sabes, porque es verdad. ¡Pero comparte esta verdad con AMOR!
Si quieres empezar por la primera entrada del blog de esta serie, haz clic aquí Apologética: ¿Disculparnos por Creer en Dios?
