Los eruditos bíblicos tienen un registro comprobado de resolución de contradicciones para armonizar la Biblia.
En esta entrada de blog exploramos la afirmación de los escépticos de que la Biblia se contradice a sí misma.
¿Existen diferencias entre algunas partes de la Biblia? Sí. ¿Pero son contradicciones? No. Afirmamos esto por dos razones: 1) La Biblia es la Palabra inerrante de Dios, y 2) Las supuestas contradicciones han demostrado no ser contradicciones a medida, que han salido a la luz nuevos descubrimientos relevantes.
La Biblia, tal como fue inspirada por Dios y escrita por los hombres, es el libro de la verdad. A veces simplemente no podemos ver la verdad porque nuestra visión es demasiado estrecha. Es como cuando miramos una escena a través del ocular de nuestra cámara. Solo podemos captar lo que está dentro de los límites del marco de la toma. Solo porque la cámara no capte el resto de la escena, no significa que no esté ahí. También debemos recordar que cada narrador de las Escrituras aportó su propia perspectiva personal/cultural.
La Biblia se compone de 66 breves libros escritos por diversos autores, en épocas diferentes, con estilos diferentes y en géneros diferentes. La poesía de los Salmos, por ejemplo, debe leerse de forma diferente a la narración histórica de Josué, las leyes del Levítico, los Proverbios específicos o los Evangelios. Reconocemos que Dios ha elegido revelarse a través de una rica diversidad de géneros. Cada escritor comunicó lo que Dios le llevó a escribir, pero lo hizo en su propia forma. ¡Eso no es una sorpresa para Dios!
Sin embargo, una de las formas en que satanás aleja a la gente de Dios es defendiendo la idea de que no se puede confiar en la Biblia y, por tanto, tampoco en Dios. Esto suena lógico, SI la primera suposición es correcta. Pero no lo es. Los escépticos son libres de hacer las afirmaciones que quieran, al igual que nosotros somos libres de ignorarlas. No porque estemos metiendo la cabeza en la arena, sino por el historial de fidelidad de Dios.
Definamos el término "contradicción" y veamos solo cinco errores que suelen cometer los críticos cuando consideran que La Biblia contiene contradicciones.
Definición de contradicción
A contradicción se produce cuando dos o más afirmaciones apuntan en direcciones opuestas. Por ejemplo, estas dos afirmaciones se contradicen: "La Biblia contiene contradicciones" ... "La Biblia no contiene contradicciones". Son lógicamente contradictorias porque la una afirma y la otra niega. Pero ambas afirmaciones no pueden ser verdaderas.
Al estudiar la Biblia, uno de sus asuntos claves no es necesariamente lo que dice, sino lo que quiere decir.
Algunos pasajes parecen contradictorios, pero hay razones convincentes e independientes para creer que, cuando se dispone de toda la información, la Biblia demuestra estar completamente libre de errores. Walter Kaiser, autor de Hard Sayings of the Bible [Duras palabras de la Biblia], al plantear la pregunta: "¿Por qué hay tantas discrepancias y dificultades en la Biblia?", da esta respuesta:
"Hay un gran número de fuentes a las que podemos atribuirlas: errores de los copistas en los manuscritos que nos han llegado; la práctica de utilizar varios nombres para una misma persona o lugar; la práctica de utilizar métodos diferentes para calcular los años oficiales, la duración de los gobiernos y los acontecimientos; el ámbito especial y el propósito de cada autor, que a veces les llevó a ordenar su material temáticamente en lugar de cronológicamente; y las diferencias en la posición desde la que un acontecimiento u objeto fue descrito y empleado por los distintos escritores".
Todos estos factores, y otros más, concluye, han influido profundamente en el material. Por supuesto, para quienes participaron en los hechos, esos factores suponían una barrera menor que para nosotros. Nuestra distancia de la época y la cultura amplifica nuestra dificultad. Pero eso ocurre con cualquier acontecimiento histórico. Piensa en la riqueza de experiencias personales que perderá nuestro país cuando fallezcan los últimos veteranos de la II Guerra Mundial y el resto de sobrevivientes del holocausto.
Frecuentes errores que cometen los críticos al argumentar las contradicciones
En su libro Big Book of Bible Difficulties [El Gran Libro de Dificultades], los eruditos Norman Geisler y Thomas Howe identifican 17 errores frecuentes que cometen los críticos de la Biblia al argumentar contradicciones bíblicas. Estas se aplican tanto al Antiguo como al Nuevo Testamento. A continuación enumeramos solo cinco de los errores:
Presumir que la Biblia es culpable hasta que se demuestre su inocencia
Muchos críticos asumen La Biblia que la Biblia es errónea hasta que algo demuestre que es cierta. Pero la Biblia debe considerarse verdadera hasta que se demuestre que no lo es. Esto no es pedir nada especial para la Biblia; es la forma en que enfocamos toda comunicación humana. Si, por ejemplo, asumiéramos que las señales de tráfico no son de fiar, probablemente mentiríamos en un accidente de tráfico antes de poder demostrar que dicen la verdad. Del mismo modo, si suponemos que las etiquetas de los alimentos son erróneas hasta que se demuestre que son correctas, tendríamos que abrir cada lata y cada paquete antes de comprarlo para asegurarnos de que es lo que queremos comprar. Hay que suponer que la Biblia nos dice lo que sus autores dijeron y oyeron.
Dice Geisler: "La Biblia no puede equivocarse, puesto que es la Palabra de Dios, y Dios no puede equivocarse. Esto no significa que no haya dificultades en la Biblia. Pero las dificultades no se deben a la perfecta revelación de Dios, sino a nuestra imperfecta comprensión de ella".
No comprender el contexto en el pasaje
Tomar las Escrituras fuera del contexto es quizá el error más común de los críticos. Se puede probar cualquier cosa de la Biblia sacando un pasaje de contexto. Un ejemplo perfecto: La Biblia dice "No hay Dios" (Salmo 14:1). Pero la escritura completa es "El necio ha dicho en su corazón: 'No hay Dios'".
Suponer que los relatos divergentes son falsos
Solo porque dos o más relatos de un mismo acontecimiento difieran, no significa que se excluyan mutuamente. Por ejemplo, Mateo 28:5 dice que había un ángel en la tumba después de la resurrección, mientras que Juan nos dice que había dos (Juan 20:12). No se trata de informes contradictorios. De hecho, existe una regla matemática infalible que explica fácilmente este problema: siempre que hay dos, hay uno. Mateo no dijo que solo hubiera un ángel. Hay que añadir la palabra "solo" al relato de Mateo para que se contradiga con el de Juan.
Suponer que un informe parcial es un informe falso
Los críticos suelen llegar a la conclusión de que un informe parcial es falso. Pero esto no es así. Si lo fuera, la mayor parte de lo que se ha dicho sería falso, ya que rara vez el tiempo o el espacio permiten un informe absolutamente completo. En ocasiones, la Biblia expresa lo mismo de formas distintas, o al menos desde puntos de vista diferentes, en épocas distintas. Así pues, la inspiración no excluye la diversidad de expresión. Los cuatro Evangelios relatan la misma historia de formas distintas a grupos de personas diferentes, y a veces incluso citan el mismo relato con palabras distintas.
Olvidar que la revelación posterior sustituye a la anterior
A veces, los críticos de las Escrituras olvidan el principio de la revelación progresiva. Dios no lo revela todo a la vez, ni establece siempre las mismas condiciones para cada periodo de tiempo. Por tanto, algunas de Sus revelaciones posteriores sustituirán a Sus declaraciones anteriores. Los críticos de la Biblia confunden a veces un cambio de revelación con un error. Pero el error es del crítico. Por ejemplo, cuando Dios creó a la raza humana, ordenó que comieran solo frutas y verduras (Génesis 1:29). Pero más tarde, en Génesis 9:3 ordena que también coman carne. Se trata de una revelación progresiva, no de una contradicción.
Leer la biblia es la clave
El conocimiento humano es limitado y la historia es confusa, por lo que debemos esperar encontrarnos con cuestiones desconcertantes en la Biblia, ya que no tenemos la mirada omnisciente de Dios. Hay buenas razones para creer que la Biblia es verdadera, y por eso le concedemos todo el beneficio de la duda.
Sin embargo, algunos críticos se niegan a creer que Dios es bueno y digno de confianza, normalmente por motivos personales. Algunos están enfadados con Dios. Otros afirman que se atienen a una lógica estricta. Otros creen que la ciencia es la única fuente fiable de información. Otros creen que la Biblia es perjudicial para la sociedad, afirmando que sus "enseñanzas dañinas han tenido un efecto desastroso en la sociedad".
Estaremos de acuerdo en que los seres humanos, a lo largo de la historia, han tenido tendencia a tomar fragmentos de la Biblia para defender sus acciones. Pero no podemos estar de acuerdo en que la Palabra de Dios esté llena de "enseñanzas perjudiciales". Cualquiera que haya leído las enseñanzas de Cristo tendría que admitir que Cristo nos llama al amor sacrificado.
Es triste que muchos cristianos no sepan lo que dice la Biblia. Porque no se toman el tiempo de leerla. En una encuesta de 2013, el 57% de los cristianos estadounidenses encuestados admitieron que abrían la Biblia quizá cuatro veces al año. Solo uno de cada cinco lee la Biblia con cierta regularidad.
¿Cómo puede esperar el Cuerpo de Cristo tener alguna influencia, si los cristianos no se toman en serio lo de saber lo que dice su Señor?
Está bien que los críticos tengan su punto de vista, pero no está bien que los cristianos asuman ingenuamente que sus opiniones contrarias a Dios son correctas. Como demuestran los propios críticos, es muy fácil tergiversar las Escrituras para adaptarlas a un punto de vista concreto. Un ejemplo: un amigo dijo hace poco que abandonó su fe católica tras leer El Código Da Vinci —, que tomó como verdad y hecho. El libro le demostró, dijo, que la Biblia se contradice demasiado como para seguir creyendo en Dios.
La tragedia aquí: la novela es pura ficción.
Aunque los críticos suelen afirmar que la Biblia contiene auténticas contradicciones, muchos biblistas han aportado armonizaciones plausibles a lo largo de los siglos.
Las supuestas contradicciones suelen surgir de errores en la interpretación, de ignorar el género o los recursos literarios, o de otras suposiciones erróneas. Pero dado el historial de los eruditos bíblicos en la resolución de supuestas contradicciones, podemos confiar en que si se conocieran todos los hechos, desaparecerían todas las contradicciones.
Esta publicación del blog destaca el clásico apologético de Josh y Sean McDowell, recientemente revisado, Evidencia que Demanda un Veredicto. Estamos seguros de que este recurso totalmente actualizado y ampliado será una herramienta eficaz de evangelización para ti, y fortalecerá tu fe respondiendo a las preguntas más difíciles que te lancen los escépticos. Sabe lo que sabes, porque es verdad. ¡Pero comparte esta verdad con AMOR!
Si quieres empezar por la primera entrada del blog de esta serie, haz clic aquí Apologética: ¿Disculparnos por Creer en Dios?
